Manipulación Filosófica y Moral

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Un paso fundamental dentro del proceso de globalización cultural es la manipulación de la identidad de las personas.

En efecto, desde tiempo inmemorial se han reconocido las diferencias genéticas en dos sexos: masculino y femenino. Estas diferencias genéticas son las que los hacen complementarios con respecto a la procreación humana, protegiéndose así la institución de la familia. Son dos sexos con igualdad de dignidad y responsabilidad frente a su misión de continuar y proteger la vida humana en la tierra.

Así pues, hombres y mujeres, por su identidad sexual propia están llamados a procrear y prolongar la vida humana. Por razón de su propio poder reproductor están obligados a tener responsabilidad y cuidado del manejo de su sexualidad; y esa es la razón de la institución familiar como célula primaria de la sociedad, por que es allí donde se genera y se protege la vida humana.

El ataque al vínculo familiar

Hoy en día se vienen acrecentando acciones y movimientos que luchan y contradicen esta ley natural de la procreación. El divorcio legalizado y la unión libre de compromisos legales no solo son las clásicas formas de atacar el vínculo matrimonial sino que ahora se ha establecido el libertinaje sexual, separándolo de la procreación y utilizándose métodos anticonceptivos con el único fin de impedir la vida humana, métodos que además muchos son abortivos pues destruyen el embrión humano en el útero de la madre. Más aún, se ha legalizado el crimen del aborto dejándolo en muchos casos sin pena punitiva. Pero también existe otra manera de control natal y son las relaciones sexuales entre individuos del mismo sexo: homosexuales y lesbianas. Y para que estas relaciones no aparezcan como contrarias a la naturaleza, se ha introducido en todos los documentos oficiales una expresión ambigua, Género, que amplía la presentación de las posibilidades de la sexualidad en cinco modalidades: Hombre y mujer: Heterosexualismo; Hombre con hombre: Homosexualismo; Mujer con mujer: Lesbianismo; Hombre con hombre y con mujer: Bisexualismo; Cambio de sexo: Transexualismo

Así, el llamado Género interpreta las nuevas formas de relaciones sexuales que buscan ser reconocidas como "normales", para ser legalizadas y autorizadas en las distintas legislaciones. Por su parte, Equidad de Género sería la expresión que introduce las relaciones homosexuales y lesbianas en este nuevo contexto cultural. Género viene a ser la simplificación de un contexto cultural que amplía toda forma de relación sexual, sin que ninguna aparezca como fuera de lo normal. De esta manera se institucionaliza la promiscuidad sexual.

Equidad de Género

Como ya hemos dicho no sólo es un término, una expresión nueva, sino un proceso que cambia el concepto tradicional de ciertas palabras por el que se pretende influir y determinar la conducta de las personas. Así, equidad en este caso no es igualdad de derechos sino diversidad de género. Esta variación - cambiar igualdad por diversidad - pretende sutilmente aceptar como naturales las llamadas "preferencias sexuales". Es decir, formalizar el uso de la sexualidad sin relación alguna con las normas que ha impuesto la naturaleza en cada sexo.

Hoy ya no se habla de dos sexos, masculino y femenino, ahora se dice que son varios géneros, según corresponda a la variada actividad y preferencia sexual de cada individuo. Y así nacen entonces lo que ya se ha señalado: hombre, mujer, homosexual, lesbiana, bisexual, transexual femenino o masculino, ya que lo anterior no sería una apreciación de carácter biológico, como de hecho lo es, sino cultural, como ya se ha legalizado.

En efecto, ya se ha aprobado legalmente la Equidad de Género. La historia de esta transformación cultural, semántica y ética se ha producido a través de reuniones internacionales convocadas por la ONU en diferentes lugares, como El Cairo (1994), Beijing (1995), Beijing +5 = Nueva York (2000).

Así surge el CEDAW. El CEDAW es el resultado final de un pacto internacional que busca penetrar en todos los países obligando a los estados por encima de sus constituciones. Así CEDAW por sus siglas en inglés es Convención para la Eliminación de la Discriminación Contra las Mujeres. Sobra decir que el CEDAW incluye el aborto como un derecho de la mujer, y desde luego reclama la libertad absoluta para el "goce de la sexualidad" sin tener en cuenta el estado civil de los individuos (artículo 1º del Protocolo del CEDAW).

En consecuencia, no se reconoce ni se respeta el matrimonio como un santuario de la sexualidad para que una pareja de hombre y mujer cuide y proteja la vida de los hijos procreados por ellos. Por lo mismo, tampoco se respeta a la familia. Más aún, se destruye la institución familiar.

Al repasar punto por punto el articulado del CEDAW se encuentra un vocabulario especial, una metodología cuidadosamente aplicada para conseguir los objetivos que se proponen. Con estos tres elementos: vocabulario, metodología y objetivo se ha cambiado a nivel mundial el orden de la naturaleza, buscando transformar o desaparecer los valores fundamentales, que por lo demás despectivamente son calificados como "tradicionales y obsoletos".

Aquí encontramos la base que ha ido minando poco a poco pero asertivamente los principios morales y las costumbres que son base de la sociedad, como lo son la familia, la educación de los hijos por parte de los padres, la formación religiosa en el hogar, el amor a la Patria y otros, como los 10 Mandamientos que recibió Moisés y que también ahora pretenden ser suprimidos y reemplazados por la llamada Carta de la Tierra.

Estamos en camino firme y sin vuelta atrás hacia una globalización psicológica ambigua, la cual empieza a depender de pocas mentes que concentran su poder con pactos o "convenios" que vinculan los estados a compromisos y leyes de carácter universal, o sea, supranacionales. Esto es lo que podría llamarse masificación humana planificada. Con estos pactos o "convenios" nos hemos ido ligando, poco a poco pero en forma definitiva a un engranaje completo de obligaciones nacionales e internacionales que conducen a la subordinación de un gobierno mundial, único y totalitario.

Pareciera que acaso sea una estrategia para lograr esta finalidad, la de un gobierno mundial, el hecho de la propaganda tan generalizada de estas "políticas sexuales" que conducen infaliblemente a un quebrantamiento en la personalidad. Todo esto bajo la ilusión o el engaño de la expresión Equidad de Género, la cual sostiene también "que la identidad sexual proviene de la cultura y particularmente de la conducta sexual que puede ser heterosexual, homosexual, lesbiana y bisexual lo que origina otras identidades de género y que dentro de éstas cada uno o cada una tenga el derecho a escoger su propio sexo".

Conclusión de lo dicho

La Equidad de Género es una política internacional promovida desde las Naciones Unidas con el fin de transformar la mentalidad de las personas a través de un juego de palabras llena de contenidos conceptuales ambiguos, contradictorios y lo suficientemente sofisticados como para que el común de la gente se desatienda y los deje pasar sin precisar los alcances. La teoría del Género destruye la unidad de la pareja humana, hombre y mujer, y con esta ruptura se elimina el matrimonio que conforma la familia.

Patología

La sodomía, entendida como "atracción sexual, exclusiva o preponderante, hacia personas del mismo sexo"(CCC, 2357), es una inclinación objetivamente que es desordenada en cuanto contraria a la naturaleza humana (CCC,2358). ¿Se configura como una patología tal desorden sexual? Si se atiende al significado general del término, sí. En efecto: enfermedad es toda merma o aberración de las condiciones psicofísicas normales de un individuo (lo normal viene determinado por la naturaleza específica). Pero si se quiere, por el contrario, penetrar en el ámbito de la especialización, se debería hablar de patologías en plural, pues el mismo desorden podría ser consecuencia de males físicos, perturbaciones psíquicas, alteraciones genéticas, etc. Dejemos a la ciencia médica, practicada honestamente, la indagación patogénica de la sodomía. Ya fuera ésta causada por factores fisiológicos, psicológicos o por el concurso de ambas, a la homosexualidad califican unánimemente de patología tanto en la neuropsiquiatría cuanto la psicología clínica, sin olvidar el mismo psicoanálisis, antes de que el dogma de la bondad natural de aquélla impusiera el reconocimiento de su normalidad. Así, p. ej. La Organización Mundial de la Salud contaba a la homosexualidad, hasta el 17 de mayo de 1990, ENTRE LAS PATOLÓGICAS PSIQUIÁTRICAS; SÓLO LA PRESIÓN DE LOS LOBBIES PRO-GAY (los grupos de presión internacional prosodomitas),  - no nuevos conocimientos científicos - impuso que se la excluyera de las mismas.

En efecto, uno de los elementos fundamentales para autorizar los "matrimonios" entre homosexuales, fue el cambio de criterio que tuvo la  Asociación Americana de Psiquiatría en 1973, y que fue seguida, mucho más tarde, por el manual psiquiátrico utilizado en otras naciones –la Clasificación Internacional de las Enfermedades (King y Bartlett, 199). Estas decisiones fueron las que determinaron un nuevo enfoque que ayudaría a consolidar públicamente el movimiento gay a desautorizar, si no es que a acosar y hasta someter a la Inquisición Gay a los disidentes.

La resolución adoptada en los Estados Unidos fue seriamente cuestionada por muchos Psiquiatras de los propios Estados Unidos y de todo el mundo. Sin embargo, no faltan ni estudios ni destacados psiquiatras que sostienen la visión histórica de que el homosexualismo es una enfermedad, cuya característica principal consiste, como es obvio, en una falta de identidad entre lo que bilógicamente se es y lo que se piensa que se es.

Así pues, la naturaleza humana se encuentra determinada sexualmente como macho o como hembra, y tal diferencia sustancial se manifiesta primariamente como relación de complementariedad, la cual se echa de ver en grado sumo en la unión matrimonial. Ningún acto volitivo puede cancelar esta bipolaridad sexual ("Opinamos que todo homosexual es, en realidad, un heterosexual latente": IRVING BIEBER y otros, "Homosexualita, Il pensiero Scientifico Editore, 1997, p. 241), la cual atañe, en la unidad del comportamiento humano, tanto al cuerpo (caracteres sexuales somáticos) cuanto al alma, el cual se determina en la concepción, queda fijado por la eternidad e implica, como tal, una inclinación relacional precisa hacia el sexo opuesto (nadie es un homosexual por naturaleza). Sin embargo, la humanidad, herida por el pecado de los primeros padres, está expuesto a la perversión de sus inclinaciones naturales, inclusive la sexual, la cual, aunque se regula por la complementariedad en el seno del matrimonio y tiene por la finalidad la procreación, puede, con eso y todo, volverse también hacia fines distintos del natural, con lo que se generen esas graves patologías psiquiátricas que de denominan "NECROFILIA", "PEDOFILIA", "ZOOFILIA"y "HOMOSEXUALIDAD".

La homosexualidad no cambia la naturaleza del individuo (p. ej., la ceguera priva al ciego de la vista, pero no cancela su naturaleza de vidente, en el sentido de que el ser humano está hecho para ver): los gustos y los hábitos homosexuales le parecen connaturales al invertido a causa de su patología, no ya porque tales actos y hábitos dejen de ser objetivamente antinaturales. La teología confirma lo que la razón demuestra al denunciar como herética la siguiente proposición "EL PECADO CONTRA NATURA (...) AUNQUE ES CONTRARIO A LA NATURALEZA DE LA ESPECIE, CON TODO, NO SE OPONE A LA NATURALEZA DEL INDIVIDUO (HOMOSEXUAL)". (ETIENNE TEMPIER, "Opiniones 219 condemmatae" (219 opiniones condenadas).

Valoración Moral

Finalmente, conviene expresar la valoración moral y el Juicio de Dios ante estos actos, pues parece que ya nadie se atrever a decir la verdad, y ésta es la siguiente:

Uno de los pecados que hacen casi imposible  alcanzar el cielo, si no hay un alto total y una profunda vida de reparación y penitencia,  es el de homosexualidad y lesbianismo. Atentan directamente a la esencia de Dios. Es una aberración completa y es contrario al plan de la unidad de Dios hombre - mujer.

Hay quienes dicen que Jesucristo jamás condenó esas acciones. Hasta en esto el demonio confunde y es astuto.  No sabéis que los injustos no heredaran el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que yacen con varones (sodomitas), ni los ladrones, ni los avaros ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredaran el reino de Dios. I Cor. 6, 9-10

Es una perversión del espíritu de bestialidad y de degeneración moral, espiritual, mental y corporal: es el placer con los demonios del infierno, es coquetear con verdaderos espíritus de lujuria. Los mismos espíritus que arruinaron a los sodomitas en la antigüedad, están presentes hoy. Era tan degradante la sociedad de Sodoma y Gomorra, que cuando llegaron los ángeles de Dios a anunciar que Sodoma sería destruida por el fuego y pedirle a Lot que saliera de la ciudad con su familia para que no perecieran, los sodomitas "vieron" apetecibles a los hermosos ángeles que quisieron copular con ellos (!!!), a lo que Lot se opuso y prefirió darles a sus hijas - que no conocían varón - para que hicieran con ellas lo que quisieran, pero que no tocaran a los dos varones. Dice el texto:

"Mas antes que fueran a acostarse, los hombres de la ciudad, los sodomitas, que habían cercado la casa, todo el pueblo junto, desde los jóvenes hasta los viejos, llamaron a Lot y le dijeron: "¿Dónde están los varones que han venido a ti esta noche? Sácanoslos para que los conozcamos". Lot salió a la entrada donde ellos estaban y, cerrando tras sí la puerta, dijo: "Os ruego, hermanos míos, no hagáis esta maldad. Mirad, tengo aquí dos hijas que aún no han conocido varón. Os las sacaré fuera; haced con ellas como bien os parezca, pero no hagáis nada a estos varones; pues para eso se han acogido a la sombra de mi techo". Mas ellos respondieron: "¡Quítate allá!" Y añadieron: "¡Este individuo que vino como extranjero, quiere hacerse juez! Ahora te trataremos a ti peor que a ellos!. Arrojándose sobre el hombre, sobre Lot, con gran violencia se acercaron para forzar la puerta. Entonces los (dos) varones alargaron la mano y metieron a Lot dentro de la casa donde estaban, y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa los hirieron con ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que se fatigaron (inútilmente) por hallar la puerta" (Génesis 19, 4-11).

El resto de la historia ya se conoce. Primero los ángeles de Dios los dejaron ciegos y luego Dios mandó fuego y destruyó la ciudad.

El pecado al que más está inclinada  la humanidad de hoy es el de la carne, y por ende el que más almas lleva al infierno: Cualquiera de estos pecados en sus diversas expresiones son instigadas por el demonio de nombre Asmodeo:

Sexo a solas (en hombre o mujer), masturbación; sexo hombre con hombre, sexo mujer con mujer; sexo con transexuales; sexo con prótesis o satisfacción mecánica; sexo pornográfico en todas las formas; sexo con niños o niñas en adultos; sexo con animales; sexo esotérico; sexo con amigas o amigos ocasionales ;sexo contra natura dentro y fuera del matrimonio; sexo de los que viven en unión libre; sexo de los que viven en matrimonio civil ;sexo del hombre casado con mujer soltera; sexo de la mujer casada con hombre soltero, etc. Todos son actos de fornicación y todos llevan al infierno, lo practique cualesquiera persona, sea rey, presidente, príncipe, juez, legislador, actor, actriz, deportista, conductor de radio o t.v u hombre ordinario. Es lo mismo.

"Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y al igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer; se encendieron con su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen" (Rom 1:26-28)

No se debe entonces ser pusilánime ante esta realidad de perversión sexual en aras de que dizque un 15% la practica abiertamente. Hay que ser tajantes y decir las cosas por su nombre. Quien practica la homosexualidad o lesbianismo, salvo un total arrepentimiento y cambio de conducta de 180%, junto con la práctica de intenso sacrificio penitencial, perderá su alma para siempre. Ayudemos a quienes se encuentren en esta lamentable situación, proveyéndoles de la terapia profesional para corregir su desviación, pero no se puede confundir al pecado, llamándolo "el uso de derecho de elegir su equidad de género", pues Dios nos deja libres, sí, ciertamente, pero hasta para condenarnos.

Luis Eduardo López Padilla

19 de Enero del 2010