Consecuencias sacrílegas...

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El arzobispo Hugo Barrantes calificó de irrespetuosa la acción de la pareja de Otto Guevara (ex-candidato presidencial en Costa Rica) de partir la hostia consagrada y meter una mitad de ésta en el bolsillo de él. Esto sucedió durante una misa oficiada por el propio Mons. Barrantes.

Este suceso nos lleva a varias reflexiones:

1) Contrariamente a lo que dice el arzobispo, el trato dado a Cristo presente en la hostia con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad no es una mera "irreverencia" o una simple acción irrespetuosa, sino OBJETIVAMENTE -sin juzgar la intenciones subjetivas- un verdadero sacrilegio. Parece tener más conocimiento de la doctrina católica la primera mujer entrevistada (ver video) que el propio Mons. Barrantes. Cristo no es ni un objeto ni un simple símbolo; Él está ahí realmente presente y no puede ser llevado como si se tratase de un suvenir o un simple símbolo. La hostia debe consumirse en la boca y no guardarse en los bolsillos. Y sólo puede comulgar quien siendo católico está en gracia de Dios y sin ningún pecado mortal luego de la última confesión sacramental bien hecha.

2) Si Otto Guevara no podía comulgar por estar divorciado y mantener una nueva relación, tampoco lo podía hacer su pareja, Deborah Formal, pues no es suficiente que ella no haya sido casada por la Iglesia para poder acceder a la Eucaristía, pues el hecho de mantener una relación con alguien que permanece casado por la Iglesia -a pesar de su divorcio civil- es una falta grave a los mandamientos de la ley de Dios. Todo lo dicho y hecho por Deborah muestra, en el mejor de los casos, una ignorancia absoluta de las leyes de Dios y de la Iglesia, y de la realidad del sacramento de la Eucaristía.

3) El propio arzobispo Barrantes propició todo lo ocurrido al darle la Eucaristía en la mano y para colmo no verificar que la consumiera, independientemente de lo que le haya contestado en el momento de entregarle la Eucaristía y que propició lo que la joven calificó de mal entendido y confusión. De ahí que monseñor evite nombrar las cosas por su nombre: Sacrilegio. Incluso, si sabía la relación de la chica con el divorciado Otto Guevara -aspecto que no sabemos si así fue y por ello ponemos la palabra condicionante "si"-, al ser un pecado público, no debió darle la comunión a ella.

4) Al menos Otto Guevara -si es verdad lo que dijo a los medios- devolvió la forma consagrada a un sacerdote del templo..

5) Abajo del video ponemos las consideraciones relativas a la comunión en la boca y sus gravísimas consecuencias desacralizadoras.

Los lectores deben tener siempre presente, que es ley vigente en la Iglesia comulgar en la boca y que la comunión en la mano es "solamente un indulto" un permiso extraordinario introducido para no dejar fuera de la Iglesia a quienes abusivamente iniciaron esta desacralizadora costumbre contrariando las normas de la Iglesia, como explicó el cardenal Gut. Lamentablemente esto vino a introducir la desobediencia como fuente de ley.

¿Por qué decimos que la comunión en la mano, trae sacrilegios e irreverencias?

Cuando una persona recibe el Cuerpo de Cristo sobre sus manos, después de llevarlo a su boca, con toda certeza sobre la palma de sus manos quedan partículas de la Sagrada Hostia y éstas caerán al suelo o en otro lugar. Este peligro no ocurre con la comunión en la boca.

Es dogma de fe que en cada partícula -por pequeña que sea- se encuentra Cristo todo entero:

"Cuando se divide el Sacramento, no vaciles, sino recuerda que Jesucristo tan entero está en cada parte como antes en el todo.

Ninguna partición hay en la sustancia, tan sólo hay partición de los accidentes, sin que se disminuya ni el estado, ni la estatura del que está representado".(Santo Tomás de Aquino, Lauda Sion)

CAN III. Si alguno negare, que en el venerable sacramento de la Eucaristía se contiene todo Cristo en cada una de las especies, y divididas éstas, en cada una de las partículas de cualquiera de las dos especies; sea excomulgado.(Concilio dogmático de Trento).

Es la ley Divina que nos obliga evitar irreverencia a Dios y adorarlo sobre todas las cosas.

Es constante en la Iglesia la enseñanza de evitar que las Partículas de la Hostia caigan al suelo y de evitar toda clase de sacrilegios:

La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento (REDEMPTIONIS SACRAMENTUM).

La comunión en la boca es la que permite evitar estos peligros y no solamente que caigan partículas, sino la forma entera, dado que en muy pocos lugares se obedecen las normas establecidas al distribuir la sagrada comunión en la mano, por lo tanto se corre el gravísimo peligro de innumerables sacrilegios y profanaciones.

El permiso teórico para ciertos países es en realidad una prohibición práctica pues "Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano.[179]" (REDEMPTIONIS SACRAMENTUM). Este peligro es constante (prácticamente imposible de evitar) con la comunión en la mano, pero nadie escucha lo mandado por la Iglesia: hacen oídos sordos a sus normas. Además, ¿cómo se va a practicar una excepción que introdujo la rebelión como fuente de ley y como una concesión a la rebelión desacralizadora? Ahora vemos como Benedicto XVI da la comunión en la boca y el fiel la recibe de rodillas. Es un magisterio práctico y una genuina enseñanza del Pontífice.

Los frutos que se han seguido de la práctica de la comunión en la mano son un aumento de irreverencias y sacrilegios, ya sean voluntarios como involuntarios, y un debilitamiento de la fe de los fieles frente al misterio Eucarístico.

El tesoro más maravilloso que tiene la Iglesia es la Eucaristía, es su centro, es su vida misma, es la Vida, es el mismo Dios. Por eso se le debe la mayor adoración y el mayor cuidado. La comunión en la mano lleva a una desacralización del Misterio Eucarístico.

La veneración hacia la Eucaristía, mas conocida como culto latréutico -o sea el de adoración- se manifiesta no solamente en la disposición interior sino también en los gestos externos. Por lo tanto la forma de recibir la Eucaristía y cuidar que ninguna partícula caiga al suelo y se evite cualquier sacrilegio, es parte de la adoración que le debemos a la Presencia Real de Cristo en la Hostia consagrada. La forma de recibir, o sea el modo, el gesto y la postura son muestras de adoración; dado esto, la comunión en la boca y de rodillas es la que asegura la máxima reverencia a este Sacramento. En cambio la comunión en la mano sólo asegura irreverencias, sacrilegios y profanaciones.

"La comunión de rodillas significa respeto a Dios, es el corazón del hombre que se postra ante quien le ama hasta el extremo. Estos son signos, no es cambiar por cambiar, es buscar todo el sentido y superar la secularización de nuestro mundo." (El cardenal Cañizares actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe).

La Madre Teresa señalaba: "...el peor mal de nuestro tiempo es la Comunión en la mano." (The Wanderer, 23 de marzo de 1982).

LO QUE HAN DICHO PAPAS Y SANTOS:

Santo Tomás de Aquino:(1225-1274) "Para reverenciar este Santo Sacramento (La sagrada Eucaristía),nada lo toque, salvo lo que está consagrado; así como la Hostia y el Cáliz están consagrados, así lo están las manos consagradas de los sacerdotes, para tocar este Sacramento". Summa Theológica, Parte III; Q.82, art3, Rep  8).

San Francisco de Asís: (1182-1226) "Sólo ellos, (los sacerdotes), deben administrarlo, y no otros" (Carta 2ª, a todos los fieles, 35).

(Jesucristo a...) Santa Brígida de Suecia, + 1373: "Mira, hija mía, les obsequio cinco cosas a mis sacerdotes (...), y en quinto lugar el privilegio de tocar con sus manos mi Carne Sagrada".

San Sixto I ( a.115) "Las Sagradas Especies no son para ser manipuladas por otros que no estén consagrados al Señor".

El Papa San León el Grande (440-461): "Enérgicamente defendemos y requerimos a los creyentes obediencia en cuanto a la práctica de administrar la Sagrada Comunión en la lengua del creyente".

Católico: Si amas a Cristo, nunca recibas la Sagrada comunión en la mano, pues ahí quedan partículas que caerán al suelo o en cualquier otro sitio, pues el seglar no purifica sus manos como lo hace -o debe hacer- el sacerdote al final de la liturgia, ni tiene las manos consagradas. Además, esta práctica ha mostrado que permite el robo de formas consagradas por parte de grupos satanistas que las ocupan para su profanación, aspecto que ha sido denunciado por la misma Roma. Además, propicia sacrilegios como los que se observan en el video. Por todo lo anterior, no contribuyamos -de ninguna manera- a esta costumbre desacralizadora que favorece todo tipo de profanaciones e irreverencias.