Plan Maligno

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Desde hace 25 años, cuando este servidor comenzara a impartir conferencias y escribir libros sobre la llegada del Fin de los Tiempos, las Señales que nuestro Señor anunció como precursoras de este tiempo se han venido cumpliendo inexorablemente. Más allá de que voces discordantes se empeñan en negar sistemáticamente que estemos viviendo estos tiempos finales - no del Fin del Mundo - es una realidad que cada vez se puede apreciar y palpar la terrible confusión y apostasía que engloban todos los órdenes de la vida humana.

Estamos siendo testigos de grandes eventos que han traído dolor y sufrimiento al ser humano. Se percibe la clara animosidad de potencias mundiales que amenazan con crear un holocausto sin precedentes. La muerte y el terror campean por todas partes. El libertinaje y desenfreno culminan en un materialismo y hedonismo superlativo que aumenta sin cesar día a día. Pero lo que más se puede percibir es que la lucha anunciada por el Señor entre la Mujer y la Serpiente está adquiriendo tintes dramáticos y cada vez más en favor de Satanás. El ataque que la Iglesia está sufriendo por todos lados, y particularmente queriendo enlodar a la figura del Papa en la persona de Benedicto XVI, es más que un evento mediático; su origen es más tenebroso. Se trata de un plan maléfico de parte de gente maligna que quiere destruir a la Iglesia... y no obstante tendrán próximamente un triunfo aparente.

Por tanto, para poder en verdad discernir con asertividad los signos de los tiempos que estamos viviendo, es menester no dejar de lado esta lucha final que estamos siendo testigos entre la Iglesia y la Anti-iglesia; entre el Evangelio y el Anti-evangelio,  - y que como dijera en tiempos el entonces Cardenal Wojtyla, en 1977, en el Congreso Eucarístico de Filadelfia - "es una lucha que descansa dentro de los Planes de la Divina Providencia".

Y esta batalla espiritual que fue anunciada por nuestro Señor Jesucristo cuando vivió en carne mortal en esta tierra,  conlleva algo que debe ser perfectamente entendido para que no caigamos en la confusión, y es que "las puertas del infierno no prevalecerán en contra de ella (la Iglesia)". Pero este no prevalecer del mundo de las tinieblas sobre la Iglesia de Cristo no significa que aquélla no vaya a tener  un triunfo, efímero sí, pero resonante y en el que parecerá que la Iglesia se acabó... y cuando parezca que ya no hay remedio vendrá entonces el gran triunfo final de la Iglesia de la mano de María Santísima, la Mujer a la que se le ha encomendado la misión, entre otras, de aplastar la cabeza de la Serpiente infernal.

Por eso, es conveniente tener esto claro y nos ahorraremos grandes pruebas de fe que vamos a enfrentar muy pronto y mucho más graves de las que hasta ahora se han tenido, y que dentro de esas pruebas, repetimos, vendrá un triunfo del enemigo, aunque será aparente,  pero ahí es donde tendrá que salir nuestra fortaleza espiritual con grande fe y paciencia.

Muchos eventos aún están por venir de diverso origen y naturaleza; algunos vendrán de Dios, otros del enemigo, y otros también serán obra humana. Y grandes catástrofes le esperan a la humanidad, pero finalmente todo esto es parte de la gran batalla espiritual del final de los tiempos.

Luis Eduardo López Padilla

27 Marzo del 2010